¿Os imagináis relajaros en un spa de vino? En esta experiencia podréis desconectar en el balneario vinícola más grande de Praga y en una cueva de sal. ¡Os lo merecéis!
Itinerario
A la hora indicada nos reuniremos en Dobrovského 951/44, en el centro de Praga, para disfrutar de una experiencia de pura relajación en el mayor balneario vinícola de la capital checa.
Combinando el poder curativo de las uvas tintas con ingredientes calmantes como la lavanda, la leche de cabra y el aceite de almendras, este tratamiento está diseñado para rejuvenecer el cuerpo y la mente.
La terapia de vino, un invento francés, es célebre por sus beneficios antienvejecimiento y reconstituyentes. Repleta de polifenoles y antioxidantes, la uva ayuda a combatir los radicales libres que contribuyen al envejecimiento de la piel, mientras que las vitaminas y los aceites esenciales mejoran la circulación, aumentan la vitalidad y favorecen la luminosidad de la piel.
La experiencia comienza con un baño de Cleopatra de 20 a 25 minutos. Os relajaréis en agua a una temperatura de entre 36 y 40 grados impregnada de vino tinto, leche de cabra, lavanda y aceite de almendras. Rico en antioxidantes y nutrientes procedentes de la uva y de las hojas de la vid, este ritual revitaliza la piel, dejándola suave, radiante y fresca. Mientras os sumergís, podréis disfrutar de dos copas de prosecco por persona.
A continuación, os relajaréis durante 25 o 30 minutos en la cueva de sal más grande de Praga. Este entorno mejora la salud respiratoria, alivia las afecciones cutáneas y alivia el estrés. Una experiencia reconfortante junto a la chimenea mientras respiráis el aire rico en minerales.
Finalmente, tras una hora, la experiencia llegará a su fin. ¡Os iréis con una sensación de completa renovación!
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