El Santo Oficio era implacable: el Tribunal de la Santa Inquisición no ofrecía clemencia. Atreveos a conocer su historia con este tour nocturno teatralizado por Madrid.
Itinerario
Judaizantes, moriscos y ateos. Todos eran sospechosos. Cualquiera podía acusar y ser acusado. Y el Santo Oficio tomaba nota. En la Plaza de la Provincia, en pleno Madrid de los Austrias, alguien nos aguarda. Si nos atrevemos a seguirlo bajo el manto estrellado de la Villa y Corte, capital del Imperio Hispánico, conoceremos los secretos del temido Tribunal de la Santa Inquisición.
Frente a nosotros, en la misma Plaza de la Provincia, se yergue majestuoso el Palacio de Santa Cruz. La sede actual del Ministerio de Asuntos Exteriores albergó durante décadas la Cárcel de Corte: la prisión a la que eran destinados muchos de los acusados por el Santo Tribunal. Tras un juicio sumarísimo, el veredicto era casi siempre el mismo: condena a la hoguera.
Llegaremos a la Plaza Mayor de Madrid. El olor a carne humana quemada estremecía a todo aquél que paseara en época de los Austrias por este lugar, escenario de la quema de herejes. Este macabro espectáculo constituía un acto público que, más allá de su siempre atrayente carácter morboso, servía para escarmentar a la población.
Desvelando otras siniestras historias relacionadas con el origen del Santo Oficio, nuestro tour teatralizado de la Inquisición por Madrid continuará junto a otros icónicos rincones, como la Plaza de la Villa y la Plaza de Oriente, junto al Palacio Real de Madrid. Dicen que en esa zona de la ciudad los inquisidores… ¿Querés averiguar cómo acaba la frase?
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