Europa

Historia del viaje: el origen de las postales

23 septiembre 2020

Correos electrónicos, mensajería instantánea través de smartphones, videollamadas… La era digital nos ha traído infinidad de formas de contacto. Por ese motivo, en ocasiones, resulta difícil echar la vista al pasado y pensar en una época en la que estas herramientas no estaban a nuestro alcance.

Hace no tantos años, el correo postal era la única forma de contacto entre personas que se encontraban en paraderos lejanos. Las cartas ordinarias dieron paso a las postales que, con el tiempo, se han convertido en un souvenir para nostálgicos y una forma original de enviar saludos a seres queridos durante los viajes. Pero la pregunta del millón es… ¿cuándo y cómo surgieron realmente las postales de viajes? ¡Es el momento de descubrirlo con Civitatis!

El ‘nacimiento’ de las postales

Un sello en honor a Emanuel Herrmann

El economista y docente austríaco Emanuel Herrmann es el hombre que está detrás del origen de las postales. Sin embargo, la idea nada tuvo que ver con su uso actual. En realidad, las postales surgieron como un método para ahorrar costes en el correo tradicional.

El profesor publicó un artículo en la prensa nacional allá por el año 1869 titulado Acerca de un nuevo medio de correspondencia postal. El texto hablaba de las enormes posibilidades de ahorro que tendría su ‘invento’: una tarjeta del tamaño de un sobre que tendría impreso el sello por una cara y permitiría escribir un breve texto en la otra cara.

La búsqueda de papel, sobres y sellos de las cartas ordinarias quedaría fuera de juego, ya que esta postal tendría ‘todo incluido’.

Años antes el director general de correos del Imperio Alemán, Heinrich von Stephan, había pensado en un sistema similar. La idea no prosperó al generar controversias sobre la privacidad de la comunicación en un envío sin sobre. En cambio, Herrmann dejó claro desde un principio que estas tarjetas servirían para comunicaciones cortas de carácter “ordinario”, nada íntimo ni excesivamente personal. De ahí el éxito de su propuesta.

La era dorada de las postales

Las postales tuvieron una época de gran auge a finales del siglo XIX y principios del XX. Una forma rápida y barata de comunicarse que, además, carecía de las formalidades de texto de las cartas ordinarias, lo que aseguró el éxito también entre las clases populares.

Aunque al principio no tenían ilustraciones, su gran popularidad hizo que varios fotógrafos pronto se interesaran en este nuevo sistema y aparecieran las postales decoradas. Llegados a este punto, su unión con el turismo era cuestión de tiempo. De hecho, la primera tarjeta postal que muestra la imagen de la Torre Eiffel se remonta a 1889. ¡Hace más de 130 años!

Hoy en día, las postales no son la vía más rápida de comunicación. Podemos estar en las antípodas del mundo y enviar una foto a cualquiera de nuestros contactos en solo un segundo. Pese a ello, comprar y enviar una de estas pequeñas tarjetas durante un viaje sigue siendo una forma perfecta y original de decir “Estoy bien, este lugar es precioso y me acuerdo de ti”. ¡Que vivan las postales!

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