Los mejores miradores de Nueva York
La ciudad que nunca duerme, la Gran Manzana, la capital del mundo o, incluso, la jungla de asfalto. Los apodos para referirse a Nueva York son múltiples y muy diversos. Independientemente de cuál sea vuestro preferido, lo cierto es que se trata de una de las urbes más famosas a nivel internacional y una de las que más turistas atrae año tras año. Si visitáis la ciudad, seguro que no queréis perderos su impresionante skyline y, para ello, nada mejor que acudir a uno de sus miradores para ver Manhattan desde las alturas.
En este listado encontraréis algunos de los mejores miradores de Nueva York. Descubriréis con Civitatis sus parecidos y diferencias principales, así como breves reseñas históricas.
Top of the Rock, vistas 360º al aire libre
Histórico y con unas vistas realmente sorprendentes, el Top of the Rock es uno de los mejores miradores de Nueva York sin lugar a dudas. ¿Sabíais que está emplazado en el piso 70 del General Electric Building? ¿Y que este edificio, perteneciente al complejo Rockefeller Center, se construyó en los años 30?
Una de las grandes ventajas de este observatorio a 260 metros de altura es que ofrece espacios cubiertos y otros al aire libre, de manera que podréis disfrutar del skyline de Manhattan como prefiráis. Además, sus cristaleras permiten una visualización perfecta sin ningún obstáculo entre los rascacielos y los visitantes, algo especialmente interesante a la hora de hacer fotografías.
¿Cuándo subir al Top of the Rock? Uno de los momentos más mágicos, y también uno de los más demandados, es al atardecer. Podréis admirar la Gran Manzana de día, ver cómo el sol se va poniendo en el horizonte y descubriréis cómo sutilmente las farolas de las calles y las luces de los edificios empiezan a iluminar la ciudad que nunca duerme. ¡Pura magia!
Desde el mirador podréis disfrutar de una visión 360 grados en pleno centro de Manhattan, lo que os permitirá divisar lugares tan icónicos como el Empire State, Central Park o el One World Trade Center.
Empire State, todo un símbolo
Otro de los miradores de Nueva York imprescindibles es el Empire State. Fue durante años el edificio más alto de la ciudad, lo que le ha permitido convertirse en todo un símbolo de Nueva York y un auténtico protagonista de muchas películas de Hollywood. ¿Cómo poder resistirse a subir a este lugar?
La subida hasta el mirador del Empire State se hace realmente amena, pues permite descubrir numerosas curiosidades de este rascacielos. Podréis ver al mismísimo King Kong, repasar a nivel audiovisual las diferentes fases de la construcción del edificio e, incluso, ‘conocer’ a los protagonistas de una de las fotografías más famosas de la historia, la de los obreros del edificio.
La entrada al Empire State, al igual que la del Top of the Rock, está incluida en la mayoría de tarjetas turísticas, como The New York Pass® o New York CityPASS. Eso sí, por regla general, se incluye solo el acceso al piso 86, el más conocido de los que forman este rascacielos. Para subir al número 102 se requiere abonar una entrada adicional. La gran diferencia entre ambos, es que el primero es al aire libre y está protegido por verjas metálicas, mientras que el superior es cubierto y sustituye esta barrera por cristaleras para facilitar la toma de fotos.
The Edge, mirando al río Hudson
Inaugurado en el año 2020, el mirador The Edge está ubicado en Hudson Yards, en el extremo oeste de Manhattan. Por este motivo, sus vistas son muy diferentes a las de los otros miradores de Nueva York. Podréis ver el río Hudson a 345 metros de altura, The Vessel, los rascacielos de Midtown y la Estatua de la Libertad.
Pero… ¿qué hace realmente diferente a este mirador? Además de su observatorio cubierto 360 grados, The Edge cuenta con una terraza panorámica que apunta hacia el sur de Manhattan. Este peculiar ‘balcón’ es ideal para hacer fotos y, como añadido, tiene una zona con suelo de cristal que ofrece una visión de vértigo realmente especial.
Otro de los puntos a favor de The Edge es que es uno de los miradores de pago más económicos de Nueva York. ¿A qué esperáis para reservar vuestra entrada?
One World Observatory, en el edificio más alto de Manhattan
El One World Observatory está ubicado en plena Zona Cero de Nueva York, a escasos pasos del lugar donde se asentaban las Torres Gemelas. El observatorio es un auténtico reclamo por estar emplazado en el edificio más alto de la ciudad, el One World Trade Center. Asimismo, está en el ranking de los diez rascacielos más altos del mundo. ¡Mide 541 metros!
El mirador se encuentra a 386,5 metros de altura y ofrece una fabulosa vista del skyline neoyorkino desde la zona sur de la Gran Manzana. Podréis ver la Estatua de la Libertad y los puentes de Brooklyn y Manhattan mucho mejor que desde el resto de miradores. Además, es un lugar muy recomendable para los días de frío, ya que se trata de un espacio totalmente cerrado y acristalado.
Summit One Vanderbilt, una experiencia totalmente inmersiva
¿A qué esperáis para reservar vuestra entrada a Summit One Vanderbilt? Se trata de uno de los miradores más modernos y nuevos de Nueva York y está causando auténtico furor entre sus visitantes.
El observatorio se emplaza entre los pisos 91 y 93 del rascacielos One Vanderbilt, ubicado junto a la estación Grand Central Terminal. Podréis ver Madison Avenue, el Empire State, Central Park, el edificio Chrysler y otros muchos lugares icónicos a 305 metros de altura.
Como punto diferencial, Summit One Vanderbilt ofrece una experiencia totalmente inmersiva compuesta por juegos de luces y efectos ópticos que hacen que las vistas de Nueva York sean todavía mejores. Espejos, esculturas vanguardistas, globos… ¡Todo está cuidado al más mínimo detalle!
Estatua de la Libertad, un mirador con mucha historia
No podíamos acabar esta lista de los mejores miradores de Nueva York sin citar la corona de la Estatua de la Libertad. Aunque no es un rascacielos, este célebre monumento alberga un mirador que también merece la pena ser visitado.
Es cierto que las vistas desde la corona de la Estatua de la Libertad no son las más impresionantes si se comparan con las del resto de miradores, pero subir hasta aquí tiene un aura especial. Al fin y al cabo, estaréis descubriendo las entrañas de uno de los regalos más especiales que ha hecho Francia a Estados Unidos a lo largo de su historia. Durante la visita, sortearéis más de 160 escalones en una original escalera de caracol situada en el interior del cuerpo de la estatua hasta llegar a su cabeza.
El observatorio está formado por diferentes ventanas que son, en definitiva, los huecos de la corona del monumento. La permanencia en este lugar está limitada a 10 minutos aproximadamente y, durante este tiempo, podréis divisar Staten Island desde las alturas y ver de cerca los curiosos detalles de la Estatua de la Libertad, como la tablilla en la que está grabada la fecha de la Declaración de Independencia de Estados Unidos. ¡Una experiencia única!
