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¿Cómo hacer un crucero por la Antártida?

7 julio 2022

¿Os imagináis explorar las maravillas naturales de una de las últimas regiones vírgenes del planeta? ¡Es posible! A lo largo de la historia de la humanidad, la Antártida ha sido y aún sigue siendo un territorio desconocido e inaccesible para muchos. Aunque también es cierto que cada vez existen más opciones para descubrir el continente blanco, y cada año, más y más turistas se animan a visitarlo. Una de las mejores formas para llegar hasta allí es, sin duda, a bordo de un barco. Hoy en Civitatis os mostramos lo que no os podéis perder si decidís realizar un crucero por la Antártida empezando en Buenos Aires. ¡Zarpamos!

Ushuaia, la puerta de entrada a la tierra de hielo

Puerto de Ushuaia, Argentina
Puerto de Ushuaia, Argentina

Nuestro viaje comienza en Buenos Aires para, después, llegar a Ushuaia en el sur de Argentina, y allí comenzar el crucero. Desde la Tierra de Fuego hay que desplazarse por el Canal Beagle, también conocido como Onashaga, que en lengua yámana significa canal de cazadores.

A lo largo del crucero, tendréis la oportunidad de admirar una perspectiva única de Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, pasando por las islas del Canal Beagle, algunas de ellas habitadas por cormoranes, pingüinos y lobos marinos, y el emblemático faro Les Eclaireurs. Siguiendo en dirección sur, se atraviesa el paso Mackinlay, el tramo final del Canal Beagle que separa la isla Gable de la chilena isla Navarino. En Ushuaia también podréis hacer la excursión a Tierra del Fuego + Tren del Fin del Mundo. ¡Listos para empezar la expedición hacia la Antártida!

El Pasaje Drake

Enorme iceberg en el Pasaje Drake
Enorme iceberg en el Pasaje Drake

Superado el paso Mackinlay, el viaje a bordo del crucero continuará durante dos días a lo largo del Pasaje Drake. Este estrecho forma una línea divisoria natural que conecta las aguas heladas del polo sur con las provenientes del norte, es decir, los océanos Atlántico y Pacífico. Debido a esto, en el fondo del mar se genera una considerable cantidad de nutrientes que facilitan una fauna y flora marina de lo más diversa.

Además, es una importante región migratoria para aves antárticas, como es el caso de los albatros, compañeros inseparables de los barcos que pasan por este estrecho. También debéis tener en cuenta que, aunque normalmente son travesías tranquilas, el clima impredecible y el fuerte oleaje no es algo fuera de lo común a lo largo del Pasaje Drake, sobre todo al estar más alejados de la costa. ¿Sabíais que este mar se considera uno de los más desafiantes del mundo?

Finalizando el segundo día de viaje por el estrecho, poco a poco se irán vislumbrando los témpanos de hielo y los montes cubiertos de nieve, señal de que el crucero por la Antártida se aproxima al siguiente destino, las Islas Shetland del Sur.

Las Islas Shetland del Sur

Colonia de pingüinos en las Shetland del Sur
Colonia de pingüinos en las Shetland del Sur

¡Bienvenidos a las Islas Shetland del Sur! Un conjunto de islas de origen volcánico que fue descubierto por el capitán británico William Smith a comienzos del siglo XIX. Continuando el crucero por la Antártida, el tercer día de navegación, y dependiendo del clima, quizá se pueda desembarcar en alguna de las islas. ¡Atentos! Porque la mayoría de ellas cuentan con grandes poblaciones de pingüinos, lobos marinos y focas.

El curso continuará hasta la caldera inundada de la Isla Decepción que, a pesar de su nombre, está considerada como una de las islas más curiosas del mundo. Su entorno de laderas volcánicas, playas con fumarolas y glaciares, hace que sea un lugar único en la tierra. ¿Sabíais que los barcos pueden navegar por el interior de su volcán activo? A pesar de las erupciones esporádicas, es uno de los puertos naturales más seguros del mundo.

La Península Antártica, ¡bienvenidos al fin del mundo!

Puerto de Bahía Paraíso, en la Península Antártica
Puerto de Bahía Paraíso, en la Península Antártica

El crucero continuará en la Península Antártica, donde se puede apreciar de cerca el paisaje de hielo desértico, cadenas montañosas y finos cursos de agua, acompañados de una gran vida silvestre. En este bloque polar no solo se pueden observar pingüinos y aves marinas, sino también focas cangrejeras de Weddell, orcas y ballenas jorobadas. Otra de las actividades que se puede llevar a cabo durante el crucero es navegar por los canales naturales de la zona. ¡Toda una experiencia!

La siguiente parada del crucero tiene lugar en Bahía Paraíso, el puerto natural con más tráfico naviero del continente. Dejando atrás las aguas llenas de icebergs del Estrecho Antártico, se puede emprender una ruta de avistamiento para descubrir las colonias de pingüinos Adelia, una de las más pobladas en la Antártida. Desde este punto también se puede explorar islas como la de Paulet, para ver colonias de cormoranes imperiales, o la Isla Petermann, donde se encuentra la colonia más austral de pingüino Papúa.

Las desconocidas aguas del Mar de Weddell

Aguas turbulentas en el mar de Weddell
Gélidas aguas en el mar de Weddell

¿Os quedáis con ganas de más? Si así lo deseáis, podéis alargar un par de días vuestro crucero por la Antártida llegando hasta el Mar de Weddell. Surcando sus temibles aguas, por las que pocos se atreven a navegar, os asombraréis con los increíbles atractivos naturales que ofrece. El entorno marino, la biodiversidad, los enormes témpanos de hielo que se deslizan silenciosos y, por supuesto, el amanecer desde la cubierta. Y es que ver la salida del sol sobre el Mar de Weddell puede ser uno de los momentos más especiales del viaje.

Más allá del indescriptible amanecer, el Mar de Weddell es famoso por la nefasta expedición polar dirigida por el explorador británico Ernest Shackleton. ¿Sabíais que el barco que utilizaron durante la ruta quedó atrapado y destruido por el hielo? Durante el recorrido por esta zona se pasa por varios puntos importantes por los que pasó Shackleton y su equipo de expedición.

Vuelta a Tierra de Fuego

Sol de medianoche en el Pasaje Drake
Sol de medianoche en el Pasaje Drake

Las últimas 48 horas de la expedición antártica quedan reservadas para emprender la vuelta hacia Ushuaia. El crucero zarpa en dirección norte atravesando el Mar de Drake, que divide las aguas de Sudamérica y la Antártida. En estos dos días tienen lugar diversas charlas y conferencias a bordo de la embarcación impartidas por expertos en la materia. También se puede salir a la cubierta del barco para seguir observando las aves marinas y ballenas. Al llegar a Ushuaia, os recomendamos realizar un paseo en helicóptero. ¡La mejor forma de despedir este fascinante crucero por la Antártida!

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